La Influencia materna y la presencia paterna en la vida de nuestros hijos.
La separación de los padres puede ser un proceso desafiante para los niños, especialmente cuando uno de los progenitores, en este caso la madre, ejerce una influencia emocional significativa sobre ellos. Es natural que los niños busquen la aprobación y el amor de ambos padres, y cuando uno de ellos intenta moldear sus percepciones o sentimientos hacia el otro, puede generar confusión y ansiedad en el niño.
La Influencia materna en la percepción del niño
Las madres desempeñan un papel crucial en el desarrollo emocional de sus hijos. Sin embargo, cuando una madre, consciente o inconscientemente, transmite sentimientos negativos o prejuicios hacia el otro progenitor, puede afectar la percepción que el niño tiene de él. Este tipo de influencia puede manifestarse en comentarios despectivos, críticas constantes o incluso en la omisión de aspectos positivos del otro padre. Es esencial reconocer que, aunque estas acciones pueden tener un impacto temporal, el amor y la conexión genuina que un padre ofrece pueden prevalecer y proporcionar al niño una base sólida de seguridad y autoestima.
La importancia de la presencia paterna
A pesar de los desafíos que puedan surgir debido a la influencia materna, es fundamental que los padres mantengan una presencia activa y amorosa en la vida de sus hijos. La calidad del tiempo compartido, la comunicación abierta y el apoyo emocional constante son elementos clave para fortalecer el vínculo padre-hijo. Estudios han demostrado que la participación activa del padre en la crianza contribuye al desarrollo emocional y social saludable del niño.
No bajemos los brazos: La fuerza del amor paterno
Es comprensible sentirse desanimado cuando se percibe que el otro progenitor está ejerciendo una influencia negativa. Sin embargo, es crucial recordar que el amor incondicional y la dedicación de un padre pueden contrarrestar estas influencias. La presencia constante, el apoyo emocional y la demostración de afecto son herramientas poderosas para reafirmar el lugar especial que un padre ocupa en el corazón de su hijo.
Recomendación:
Para profundizar en este tema y obtener estrategias prácticas sobre cómo mantener una presencia positiva en la vida de nuestros hijos durante y después de una separación, recomiendo el artículo «Cómo afrontar una Separación con hijos paso a paso» de Emocional y Mente. Emocionalmente
Conclusión
Aunque las circunstancias puedan ser desafiantes, es esencial que los padres se mantengan presentes y comprometidos en la vida de sus hijos. La influencia materna puede ser significativa, pero el amor, la dedicación y la presencia constante de un padre son fundamentales para el bienestar emocional y el desarrollo saludable del niño. No bajemos los brazos; nuestros hijos nos necesitan y nuestro amor es la base de su felicidad y crecimiento.
Mi historia
Cada día, me encuentro luchando contra algo que no podría haber anticipado en mi vida como padre: la lejanía emocional de mis hijas. Dos historias diferentes, pero con un patrón común, reflejan el dolor y la frustración que siento al ver cómo la manipulación de las madres de mis hijas está afectando el vínculo que tengo con ellas.
Mi historia comenzó hace años, cuando una separación me separó físicamente de mi primera hija, a quien podía ver los fines de semana, y ahora, la distancia es aún más dolorosa, ya que mi hija pequeña que vive en otro país con su madre. Pero lo que me afecta aún más no es solo la distancia geográfica; lo que realmente me duele es cómo las madres de mis hijas, en su propio conflicto conmigo, están sembrando dudas y sentimientos negativos hacia mi figura como padre.
Es desgarrador ver cómo, con el tiempo, las influencias de estas madres han ido afectando el contacto emocional y físico que antes compartía con ellas. Antes, cada conversación con mis hijas estaba llena de risas, confianza y momentos que atesoraba. Pero ahora, el ambiente parece más frío, más distante. No puedo evitar preguntarme si esas madres están, de alguna manera, manipulando a mis hijas para que vean a su padre con ojos diferentes, ojos que ya no reflejan ese amor incondicional, sino una visión distorsionada que me hiere profundamente.
Sé que esto no es algo raro. Muchos padres enfrentan lo mismo, pero eso no hace que el dolor sea menos real. Aunque lo que más deseo es estar presente en la vida de mis hijas, ofrecerles apoyo emocional y estar ahí en sus momentos importantes, las barreras emocionales que se levantan por el comportamiento de sus madres complican todo esto. Y, a pesar de que esas barreras no se pueden derribar fácilmente, no quiero rendirme.
Padres, no bajen los brazos. Aunque el camino esté lleno de obstáculos y aunque la influencia de uno de los progenitores pueda ser fuerte, el amor de un padre nunca se apaga. La calidad del tiempo que pasamos con nuestros hijos, aunque sea a través de pequeños gestos, de palabras que los toquen en su corazón, es lo que permanece. Ellos siempre guardarán un lugar para nosotros en sus corazones, incluso cuando parezca que las cosas se enfrían.
Hoy, el contacto con mis hijas no es el mismo. Pero mañana, estoy decidido a que mi presencia en sus vidas será inquebrantable. Con amor, paciencia y constancia, voy a seguir luchando por ellas, para que algún día entiendan que, aunque todo alrededor de ellas esté tratando de distorsionar la realidad, un padre siempre está ahí, dispuesto a darles lo mejor de sí.